miércoles, 8 de febrero de 2017

SABERSINFIN

Enrique, entiende, somos patriotas no cómplices.
 Abel Pérez Rojas
“Grave error confundir patriotismo con incondicionalidad”.
Abel Pérez Rojas
“Enrique, entiende, somos patriotas no alcahuetes”, fue el comentario contundente de un lector de uno de mis artículos que diferenció muy bien la necesidad de estar unidos en torno a México, pero que de ninguna manera debe entenderse esto como una aprobación al presidente Peña ni a los políticos mexicanos.
Frente a lo que representa un presidente norteamericano como Donald Trump, en las últimas semanas se ha generado un sentimiento nacionalista entre los mexicanos como hace mucho no se había visto.
No es para menos, calaron hondo en el ánimo de nuestro pueblo los insultos y amenazas que ha proferido Donald Trump, y las repercusiones económicas y sociales que se avizoran de su administración hacia México.
Además de los agravios, por primera vez cayó a pedazos ese consuelo que teníamos los mexicanos en el sentido de que, por seguridad y conveniencia, los norteamericanos jamás nos darían la espalda ni renegarían de la vecindad desventajosa construida durante años.
Por si fuera poco, el actuar de nuestras autoridades dejó mucho que desear, porque le apostaron al escenario en el que se apaciguarían los ánimos de Trump y se podrían establecer condiciones mínimas de diálogo.
Los hechos demostraron lo contrario, Donald Trump sigue empecinado en su misma actitud y planes. Todo parece indicar que nadie lo va a hacer cambiar.
Los mexicanos quisimos recuperar años de dependencia, y de la noche a la mañana surgieron esfuerzos por reposicionar lo que somos y lo que hacemos.
El coraje y la indignación fueron seguidos en su gran mayoría por actitudes de nacionalismo cursi, pero también de un sentimiento de revaloración genuino que nos ha orillado a visibilizar nuestros errores y defectos, así como nuestras fortalezas.
Es en este contexto en el que debe analizarse el sentimiento de relativa unidad de los mexicanos frente a las amenazas externas y ante nuestro panorama interno.
El repudio y rechazo hacia la administración de Donald Trump de ninguna manera debe traducirse como una aprobación al presidente Peña y a la administración federal que él encabeza.
Harían mal Peña Nieto y sus asesores en creer que el pueblo mexicano ha olvidado la serie de agravios que viene arrastrando la actual administración.
Deben entender que es obsoleto aquel paradigma de hace algunas décadas en las cuales ser patriota era sinónimo de ser priista.
Adicionalmente ha quedado claro en estas semanas que el encono no es sólo hacia la figura presidencial, también lo es hacia los partidos políticos que en su momento firmaron el Pacto por México y las llamadas reformas estructurales fallidas de este sexenio.
Los mexicanos cada vez tienen más presente el amasiato de los partidos políticos en nuestro país. Y tarde o temprano hallarán la forma de hacérselos saber de la manera que más les duela.
En efecto, son tiempos de dar lo mejor de nosotros para sacar a nuestro país adelante, pero se equivocan rotundamente los políticos que creen que pueden colgarse de ese despertar para aumentar su popularidad, y menos de que se les va a solapar sus fechorías.
¿Está usted de acuerdo?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.


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